23 junio 2007

Primer diario de abordo: el billete de 100 dolares

Buenas !

Bienvenidos a mi primer diario de abordo. A partir de hoy y de vez en cuando, voy a relatar las anécdotas o sucesos que me pasan día a día en mi jornada laboral. Y, creerme, con tantos pasajeros y de destinos tan variados volando a tantos destinos diferentes, las anécdotas son muchas y de lo más variopintas.
Empezaré hoy contando el singular acontecimiento que me ha ocurrido esta mañana volviendo de Azerbayan. El aeropuerto de Heathrow es un caos. Los retrasos se acumulan y rara es la compañía o el vuelo que consigue llegar con un mínimo retraso especialmente al mediodía o primeras horas de la tarde. Esta mañana tras aterrizar con cuarenta minutos de retraso hemos estado otra hora en tierra esperando que nos asignaran "stand" (lugar de aparcamiento para el avión). Los pasajeros, en su mayoría no estaban muy contentos como podeis comprender. Yo, sentado junto a la puerta R3, la puerta derecha del avión que se encuentra en tercera posición respecto al morro del aeronave, y enfrente de todos los pasajeros que me miraban con cara de "pocos amigos". En esto, me percato que un pasajero estaba "andando" en mi chaqueta la cual había dejado en el asiento vacio junto al que se sentaba, al otro lado del pasillo. Me levanto, me dirijo hacia el y tras meter la mano en el bolsillo interior de mi chaqueta saco un montón de pedazitos de papel que "el menda" había metido en el bolsillo de mi chaqueta. Eran los restos de el catálogo de venta a bordo que cada pasajero tiene en el bolsillo de su asiento delantero. Ante mi asombro y perplejidad le digo: " Podía haberlos dejado en el asiento. No era necesario que los metiera en mi chaqueta". El tipo avergonzado y sin mirarme a los ojos dice: " Lo siento. Era para matar el aburrimiento".
Esto, no pasaría de una anécdota más de un pasajero "sinverguenza" y mal educado como tantos otros si no fuera porque al ir a desembarcar viene, me da la mano y se disculpa diciendo que "la había cagado" y había pagado erroneamente su enfado conmigo. Cosa extraña que un pasajero se disculpe y admita sus errores, pero ahí no queda todo... al darme la mano noto que ¡tenía un billete de dolar en ella! Durante un momento dudé si quedarme con el o no pero luego pensé en la "bromita" de los papeles en mi chaqueta y me dije: "¡Que demonios! Imaginaros cuando el pasajero se va y cual fue mi sorpresa al abrir la mano y ver que el billete en cuestión era de ¡100 dólares!

En fín, sintetizando: el pasajero había bebido bastante, como la mayoría en el vuelo. Tenía pintas un poco extrañas: pelo largo rubio, gafas, más bién delgado pero de ahí a que imaginara el desenlace de su estancia con nosotros... El caso es que es la primera vez que en todos mis años volando alguien me dejaba propina (¡y menuda propina!), y eso gusta. Por todo ello: la peculiaridad de la situación y el resultado final, me parecía una anécdota estupenda para inaugurar estos mis: "diarios de abordo". Espero que haya muchos más, y sobre todo, que los disfruteis al mismo tiempo que os ayude a conocer un poquito más lo que me pasa cada día por ahí en esos mundos de Dios...

Un beso a tod@s y hasta la próxima entrada en mi diario de abordo!

Peter

20 junio 2007

Vuelta al blog de Peter Pan

Buenas noches a todos niñ@s perdidos !

Ante todo pedir mil y mil disculpas más ante estos cinco meses de silencio. Cinco meses, ¡por dios! Ha pasado mucho tiempo y parece que fue ayer cuando publiqué mi ultima entrada en este mi blog. Las razones de mi ausencia, que no excusas, se resumen básicamente en una. Hoy, por primera vez, escribo el blog desde mi casa en Madrid. No es que nunca haya escrito ningúna entrada desde aqui sino que por primera vez lo hago estando ya viviendo de continuo en ella. En estos meses de ausencia Peter ha hecho realidad uno de sus sueños. Tras escribir el blog anterior, voló lejos de El País de Nunca Jamás y se estableció en el país que le vió nacer. Peter ha seguido volando,cuidando de los niños perdidos y regresando al hogar cuando el trabajo ha quedado hecho después de cada jornada. Este cambio de vida no es excusa pero si razón por la que Peter ha "descuidado" un tanto a sus fieles lectores. Ahora, unos meses después y tras seguir disfrutando de las mieles del éxito laboral y del cariño y calor que se recibe viviendo donde uno tiene su hogar Peter promete volver a estar cerca de los niños perdidos y no alejarse durante tanto tiempo. Hasta muy pronto, entonces!

Peter