En Berlin hay un icono de la ciudad que salió de un semaforo. Asi, como lo oís. Resulta que se crearon unos “monigotes” diferentes a los típicos que podemos encontrar en cualquier semafaro de peatones y se hicieron famosos. Tanta fama llegaron a tener que se convirtieron junto con el oso, en uno de los simbolos mas caracteristicos de la ciudad.
El “ampelmann”, como así se llama el “muñeco”, se comercializa como “souvenir” en todas sus formas y para todas las funciones que uno se pueda imaginar. Esta mañana he visto applemans esponja, goma de borrar, llavero, pin, imán para la nevera, en toallas, en ceniceros, como colgante para el movil, como figura decorativa, como soporte para flores… y un largo etcetera. Yo, por encargo de A., he comprado uno llavero (bueno dos, uno para A. y otro para mi).
---Mi llavero ampelmann
La verdad es que el muñeco tiene su gracia. Llama tanto la atención que algo que salió de un diseño para un semaforo de peatones se haya hecho tan popular y compita hasta con el mismo oso que es al cine berlinés como el Oscar al cine Holliwoodiense.
La proxima vez que vayais a Berlin fijaros en los semaforos de peatones. No solo cruzareis la carretera con mayor seguridad sino que reconocereis a ese señor con gorra qu
e vestido de verde o rojo nos indica que se puede o no cruzar la calle a la vez que nos recuerda en la particular ciudad en la que nos encontramos.
7 comentarios:
mis paños de cocina son ampelmann
No conocía este icono, siempre está bien conocer un poquito de cultura berlinesa.
Saludetes
Como mola el Ampelmann ese... No había oído hablar de su existencia, pero yo que también soy coleccionista de llaveros me pillaré uno si alguna vez viajo a Berlín.... :D
Yo en Coruña he visto un semáforo peatonal con forma de mujer... pero no creo que lo pongan de símbolo de la ciudad, jejeje.
...yo me llevé Ampelmanns verdes y rojos de gominola ;))
Y toda una cadena de tiendas (una de ellas detrás de la catedral) en las que sólo venden cosas del muñeco este... incredible!
Yo de pequeño imaginaba todo tipo de historias sobre los hombrecitos del semáforo, y el verde, sin duda, era el que mejor me caía... ¡Lo veía tan positivo y optimista!
Cuando vaya a Berlín me agenciaré uno ;)
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