14 enero 2007

Ya, nada es igual


Ya nada es igual. Todo ha cambiado. Nada es como era antes. Cuando uno se va durante un tiempo, cree que todo al volver habrá cambiado. Entonces vuelve y ve que todo sigue igual. Las calles, la gente, las tiendas, el tráfico... En la ciudad todo es igual que dos o tres años atrás. Nada cambia. Y se vuelve a ir creyendo que siempre cuando vuelva a casa todo seguira igual. Luego, al de un tiempo, cuando la añoranza y el deseo de estabilidad y de futuro ya es demasiado grande como para esconderlo o camuflarlo viviendo en un país ajeno decide volver y se da cuenta de que no todo sigue siendo igual. Vuelve con la esperanza de retomar las amistades pasadas, de vivir los alegres tiempos de juventud vividos en las mismas calles por las que ahora pasea solo y pensativo. Vuelve con el deseo de seguir disfrutando de las mismas emociones compartidas con aquellos amigos que aún siguen pero que irremediablemente, han cambiado.
La ciudad ha dormido durante la ausencia y hace que todo siga igual en ella. La gente a la que uno más quiere y que dejó al marcharse no se ha quedado dormida. Ha avanzado. Tus amigos son los mismos aunque creas que no. Ellos no han cambiado; su vida ha cambiado y hace que la tuya cambie a tu retorno. Los intereses, el trabajo, las presiones económicas, las relaciones... Todo ello hace que las situaciones cambien. Cuando uno vuelve con la nostalgia de la felicidad y los sueños del pasado y observa con impotencia como nada es ya lo que era, no le queda otro remedio que suspirar. Suspirar y mirar hacia el horizonte con una mirada lánguida y nostálgica.

No queda más remedio que ampliar el círculo sin olvidar a los que están.Hay que seguir adelante y adaptarse a las nuevas vidas y situaciones del presente. Solo queda mirar al pasado con añoranza y nostalgia. Uno ha madurado en todo este tiempo y con esta ausencia. Se ha dado cuenta de lo que quiere en la vida y como lo quiere y teme que sea demasiado tarde. Todo sería más fácil si nada hubiera cambiado y todo seguiría como se dejó pero no es así y la ardua tarea de ser feliz se torna complicada. Hay que seguir luchando. Con los cambios, con las diferencias,hay que seguir buscando el camino para avanzar y poder llegar a dond euno quiere. Solo queda mirar hacia delante con ilusión y hacia atrás con nostalgia al darse cuenta que ya, nada es igual.

Peter

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dime la verdad,

¿cuando te lobotomizaron?