Hoy voy a hablar de la que es la segunda maravilla del mundo.
A unas tres horas en coche de Amman, la capital de Jordania, se encuentra un pequeño pueblo conocido popularmente como Petra. Una vez haber llegado y tras dejar atrás las tiendas que se aglomeran a ambos lados de la carretera llegamos a la entrada a la ciudad antigua de Petra. La entrada es bastante sobria y comedida. Una pequeña puerta. Nada podría hacer sospechar al recien llegado lo que le espera tras unos quince o veinte minutos de andadura tras sobrepasar la pequeña puerta: la segunda maravilla del mundo. La primera y la más grande de las sorpresas llega tras el angosto y serpeante desfiladero: El Tesoro. El tesoro, con mayúsculas. Escenario de la última entrega de la saga de películas de Indiana Jones, esta gran tumba deslumbra a todo aquel que visita Petra. Escavado en la roca, este enorme pórtico es símbolo de la maravilla, imágen vista y revista de tan magnífico enclave. Una vez superado el "shock" inicial y tras haber hecho las tan obligadas fotografias, el turista sigue avanzando y se encuentra el anfiteatro a mano izquierda del camino y varias muy importantes tumbas a mano derecha. Todas las construcciones dignas de visitar y de la admiración del visitante. Entre una de las tumbas del lado derecho se encuentra la llamada: "tumba del arcoiris". Esta tumba es espectacular y recibe su nombre por la amplia gama de colores que muestra la piedra que la forma. Más adelante en el camino, Petra nos descubre más "maravillas" que encierran sus laderas. Los restos del palacio, el restaurante y parada de todos los "camelleros" que rondan a los turistas, y el sendero que lleva hacia la "ascensión". La "ascensión" la componen 788 escalones que serpenteando te llevan hasta la otra gran atracción: "El Monasterio". Sin ser tan asombroso y deslumbrador como "El Tesoro", este edificio esculpido en la roca no tiene nada que desmerecer al primero. Y allí, enfrente del monasterio y entre la paz y la calma del las montañas jordanas, se encuentra el perfecto espacio para relajarse y tomar un té mientras se contempla el paisaje. Un bar estilo beduino, acoge a los visitantes y les invita a relajarse y conversar con sus dueños. Por cierto, y a modo de curiosidad, la mujer del dueño de este establecimiento, es de Madrid. Para todos los más atrevidos, aún se puede andar un poco más y llegar a los dos miradores que se encuentran un poco más allá de este último enclave. Miradores, donde las vistas son sobrecogedoras.
Y esta es la breve narración de mis experiencias en Petra, la segunda nueva maravilla del mundo desde hace escasamente dos meses. Espero que os haya gustado y los que hayais estado, espero vuestros comentarios.
Peter
1 comentario:
Algún día visitaré esa segunda maravilla del mundo. No se si sólo, o llamaré a "Campanilla" para que me acomañe y me ilumine las grutas....
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